«Convencer a un inversor consiste en transmitirle que tiene una oportunidad real de participar en un excelente negocio»

Lograr la financiación necesaria para poner en marcha o llevar adelante un negocio es siempre un reto para una startup. Por eso, es conveniente que logre determinar sus necesidades financieras de la mejor forma posible, teniendo en cuenta las características de su modelo de negocio, su estrategia y sus objetivos.

Los métodos Lean pueden ayudar al emprendedor a aportar luz a esta cuestión, tradicionalmente considerada compleja, para conocer realmente sus necesidades de financiación.

Javier Criado Nesofsky, experto en modelos de negocio, metodologías Lean y finanzas con más de 25 años de experiencia, compartió sus conocimientos en este ámbito con los proyectos participantes en «Acción Impulso Emprendedor» y empresas de los Viveros de CEIN.

¿Qué necesita financiar un emprendedor y cómo conoce sus necesidades de financiación?

Un emprendedor necesita financiar su empresa hasta el momento en que esta genera caja positiva, o sea, que gana dinero. Este punto, conocido como punto de equilibrio, dependerá del modelo de negocio, de la estrategia de crecimiento y de elementos como la escalabilidad o no de las operaciones.

En ocasiones, la necesidad de financiación depende del entorno competitivo, y en otros casos, de las preferencias del emprendedor para hacer crecer su empresa. El mejor camino es tener muy claro el modelo de negocio, usando alguna herramienta como por ejemplo el “Business Model Canvas” o “lienzo del modelo de negocio”. Se pueden modelizar diferentes opciones que en general tendrán diferentes necesidades de financiación para ponerse en marcha.

A partir de ahí , se producen unas proyecciones financieras que no tienen que ser “ortodoxas” desde el punto de vista contable, basta con un listado realista de todos los gastos necesarios y de los ingresos previsibles. A veces da miedo “inventarse” los números, pero es un ejercicio enriquecedor que nos obliga a enfrentarnos con nuestra como emprendedores.

En una primera fase, ¿qué fuentes de financiación tiene un emprendedor?

Existen dos opciones al comienzo, lo que se conoce como “bootstraping”, que algunos traducen como “trampear”, aunque a mí me gusta más el concepto de “autofinanciar”, y que consiste en tirar de ahorros y continuar trabajando en alguna actividad que nos genere ingresos. Todos los proyectos empiezan con algún nivel de autofinanciación. Este estado es perfectamente sostenible en muchos casos y puede suponer que el negocio logre llegar al punto de equilibrio sin necesitar un proceso de búsqueda de financiación formal.

La otra opción, es buscar financiación externa de socios privados (business angels, incubadoras, aceleradoras, fondos de capital semilla) o de instituciones públicas como el CDTI o ENISA, o de programas sectoriales como Emprendetur, que está diseñado para emprendedores del ámbito del turismo. Para proyectos con un componente innovador muy marcado, y con cierta tracción ya en el mercado, la UE ha lanzado dentro del marco del Horizonte 2020, un instrumento específico para empresas en fases tempranas de crecimiento conocido como “Instrumento Pyme” y que consiste en subvenciones que pueden llegar incluso hasta los €2,5 millones en su fase2.

También hay que tener presentes las ayudas al emprendimiento puestas en marcha por diferentes comunidades autónomas y que en forma de financiación o apoyo al emprendedor y a la búsqueda de mercados para los proyectos, pueden representar el mejor trampolín para crear negocios rentables, sostenibles y escalables.

¿Qué valora un inversor privado? ¿Qué información necesita?

Los inversores privados valoran en los emprendedores, y en los proyectos, una mezcla equilibrada de experiencia y capacidad para innovar.

El emprendedor tiene que ser capaz de transmitir dos ideas: 1) la oportunidad de negocio, que debe ser real, creíble y atractiva; y 2) su capacidad para materializar esa oportunidad de negocio con su esfuerzo y su talento.

Mi opinión es que la credibilidad en estos dos ámbitos es un ejercicio de generación de dudas razonables. Convencer a un inversor no consiste en eliminarle todas sus dudas sobre la certeza de la rentabilidad que espera obtener, sino transmitirle con convicción que tiene una oportunidad real de participar en un excelente negocio. Tiene que generarse cierto nivel de complicidad, sin esa complicidad, no existe acuerdo de socios posible que añada valor al proyecto. Un inversor tiene que tener capacidad de invertir financieramente, sino de aportar valor como profesional y hombre de negocios.

¿Debe saber de finanzas un emprendedor?

¡Por supuesto!, pero como en muchos otros ámbitos, el emprendedor no tiene que ser un experto financiero, basta con que tenga el sentido común suficiente, y la intuición de por dónde quiere enfocar su estrategia de crecimiento. Los conceptos básicos de finanzas que debe dominar un emprendedor pueden aprenderse con relativamente poco esfuerzo, y tienen más que ver con matemáticas sencillas que con complejos modelos de proyecciones.

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