Por una sociedad emprendedora

Por una sociedad emprendedora

Emprender nunca fue fácil y quizás menos ahora, cuando la velocidad de los cambios, internet y la globalización requieren presentar algo realmente atractivo de una manera diferente y llevada a cabo por personas altamente motivadas y formadas.

Según el último estudio GEM sobre actividad emprendedora, en 2014 Navarra alcanzó una TEA (Tasa de Actividad Emprendedora de iniciativas de entre 0 y 3,5 años en el mercado, sobre la población de 18 a 64 años) del 3,9%, por debajo de la observada en el conjunto de España (5,5%). No se trata de un dato nuevo, ya que normalmente la Comunidad Foral suele tener siempre niveles de creación de empresas inferior al estatal debido a factores como el mayor nivel de empleo por cuenta ajena o las barreras culturales ante el hecho de emprender.

Por el contrario, como también apunta ese informe, el porcentaje de iniciativas empresariales consolidadas (aquellas de más de 42 meses de vida) creció fuertemente en Navarra en 2014 con respecto a 2013, mientras que en el territorio estatal decreció. Esto indica que la calidad del emprendimiento en Navarra es alta, ya que la supervivencia y consolidación es mayor que en el resto de las regiones. Además, nuestro territorio mantiene esa buena posición si se compara también con los países europeos participantes en el GEM.

Para favorecer el emprendimiento y lograr que surjan nuevas iniciativas empresariales trabajamos las instituciones de apoyo a las personas emprendedoras, como es el caso del Centro Europeo de Empresas e Innovación de Navarra (CEIN). Por CEIN anualmente se acercan alrededor de 900 personas con proyectos de empresa, de los que un 14% se hace realidad en el mercado. El año 2014, por ejemplo, fueron 144 las nuevas empresas creadas por emprendedores con nuestro apoyo.

Las personas emprendedoras detectan un problema o una necesidad y proponen una solución que tenga aceptación en el mercado. Personas con visión, conocimiento, experiencia, actitud ante la vida, creatividad, perseverancia… y que, con mucho esfuerzo, son capaces de llevar su proyecto adelante. Todo el apoyo será poco para los emprendedores, y todas las facilidades para que logren hacerlo deben ser las máximas.

Si observamos de dónde surgen las empresas más innovadoras y con mayor potencial de crecimiento, éstas están en los centros tecnológicos, en el entorno universitario, o incluso en oportunidades de negocio detectadas dentro de empresas con trayectoria.

Desde hace años, CEIN está presente en las universidades impulsando el espíritu emprendedor y la creación de empresas. Es un trabajo a largo plazo y ya se empieza a observar cambios en el colectivo universitario, donde la opción de la creación de empresas es cada vez más tenida en cuenta por parte de los grupos de investigación y los estudiantes. La velocidad de esta transformación es mucho más rápida entre carreras como las ingenierías, ya que cuentan con sólidos conocimientos en diseño, desarrollo, prototipaje y tecnología y están más entrenados en ver problemas y buscar soluciones. Con su apoyo y del resto de la comunidad universitaria, estoy convencida de que los graduados serán capaces de sacar adelante los retos de los próximos años, con resultados innovadores y que aporten crecimiento económico.

El ámbito universitario- y, por extensión, todo el sistema educativo- es clave en fomento y desarrollo de las competencias emprendedoras. Los líderes y trabajadores de hoy y de mañana precisan de capacidades como automotivación, comunicación, agilidad de aprendizaje, autoconocimiento, adaptabilidad, capacidad de relación o creatividad. En definitiva, habilidades para transformar las ideas en acción, que es lo que caracteriza a las personas emprendedoras.

Esas capacidades, sin duda, van a estar cada vez más demandadas en la nueva revolución en la que ya estamos inmersos, la de la industria 4.0 o industria inteligente, que aporta una visión de la fabricación informatizada con todos los procesos interconectados por el Internet de las Cosas. Desde una perspectiva empresarial se necesitan personas que cuentan con esas competencias y, por supuesto, favorecer su desarrollo dentro de las organizaciones. Aunque, desafortunadamente, algunas de esas habilidades son difíciles de encontrar para la industria, las empresas del sector tienen la oportunidad de involucrarse en el emprendimiento y estar en contacto con nuevas startups, estableciendo una relación en la que todas las partes ganen.

Se hace, por tanto, vital seguir trabajando para generar conexiones fructíferas entre talento, capacidad de innovación, competencias emprendedoras, creación de nuevos productos o procesos y empresas consolidadas. En definitiva, apostar por una sociedad emprendedora, en sentido amplio, que favorezca el empleo de calidad, genere equidad y reduzca las brechas de desigualdad.

María Sanz de Galdeano
CEIN

* Artículo publicado en el especial «Retos de la Navarra del siglo XXI» de Diario de Noticias (23/12/2015)

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