Emprende, comparte, avanza

Ya mencioné en un artículo anterior que, según la mitología griega, las deidades del Olimpo tenían la costumbre de infligir durísimos castigos a quienes les contrariaban. Algunos de ellos con vocación de ser eternos, como le sucedió a Prometeo.

La condena que le impuso el mismísimo Zeus fue ciertamente terrible. Atado a una roca, cada día un águila le comía las entrañas, que se volvían a regenerar para ser de nuevo devoradas sin llegar a causarle la muerte. Y así un día, y otro, y otro, durante años, hasta que, según el mito, fue salvado por Hércules.

¿Y qué hizo Prometeo para merecer semejante suplicio que quería ser perpetuo? Arrebatar el fuego a las y los dioses y dárselo a la humanidad. O sea, compartir el fuego para que las mujeres y los hombres avanzaran gracias a todo lo que el fuego les podía aportar.

En la metodología que aplicamos en CEIN a la hora de abordar los procesos de emprendimiento, compartir es una de las claves. Tanto en la Aceleradora Empresarial como en programas como la Academia Medtech Navarra, Pamplona Emprende o Impulso Emprendedor las y los participantes comparten sus ideas de negocio y proyectos con el resto y el trabajo en grupo es habitual.

El miedo a que alguien pueda “robar” una idea está ya superado. Porque una idea, en sí misma, por muy buena que sea, no supone realmente nada. El valor real está en la persona emprendedora o el equipo que va a ser capaz de transformarla en un proyecto empresarial viable que vea la luz en el mercado.

 

Compartir refuerza el proyecto

 

Son muchos los beneficios que conlleva compartir el proyecto con otras personas, más aún si también están emprendiendo o ya lo han hecho.

El emprendimiento, en muchas ocasiones, es un proceso que lleva a cabo una persona sola. Una soledad que a veces pesa, más al comienzo. Sin embargo, en los grupos se genera comprensión entre sus integrantes porque se encuentran en la misma situación, y sienten esa compañía que les puede faltar en un momento dado. Además, ese grupo se convertirá en la primera red de contactos, un elemento también clave.

Las aportaciones que realicen las y los integrantes del grupo a las ideas las van a enriquecer, sin ninguna duda. Se conocen experiencias, se obtienen otros puntos de vista y pueden surgir preguntas que no se habían tenido en cuenta y que resulten importantes para su desarrollo o consigan mejorarlas.

Por otro lado, es posible que una de las personas que escucha sea una futura o futuro cliente, o conozca a alguien que pueda serlo; una gran ventaja para cuando llegue el momento de las entrevistas.

También puede suceder que dos ideas resulten complementarias o se generen sinergias que den origen a un nuevo proyecto. Y, por supuesto, pueden surgir colaboraciones que favorezcan la puesta en marcha de las iniciativas.

Compartir no es señal de flaqueza o inseguridad, todo lo contrario. Aporta mucha información para reforzar el proyecto empresarial y también la confianza en él de la persona emprendedora que lo promueve. En definitiva, consigue que la iniciativa avance, como avanzó la humanidad con el fuego que compartió Prometeo.

María Jesús Bernal. CEIN

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