La metamorfosis

“Al despertar Gregorio Samsa una mañana, tras un sueño intranquilo, se encontró en su cama convertido en un monstruoso insecto”.

Así comienza una de las novelas más célebres del siglo XX, cuyo centenario se celebra este año. Sirva este post como homenaje a esta magnífica obra y como marco del asunto al que me refiero en las siguientes líneas.

Una de las interpretaciones de la obra de Kafka es la referida al trato que la sociedad hace hacia el que es diferente. El aislamiento y la incomprensión ante ese individuo que no sigue el dictado de la mayoría.

Esa incomprensión debe sentir aquel que dice en casa que deja un trabajo fijo por la aventura de emprender. Aunque en estos tiempos de cambio de paradigma económico aumenta el número de emprendedores y las personas que montan su propia empresa, emprender no está de moda, al menos en España. Para la sociedad es preferible el trabajo por cuenta ajena y si está “garantizado”, a través de un puesto en la Administración, mejor.

El emprendedor pasa, una vez que toma la decisión, por distintas fases. El primer estadio por el que pasa es la fe ciega en la propia idea. Esta convicción y la tenacidad que puede caracterizar a muchos emprendedores facilitarán que pueda seguir adelante con el proyecto sin sucumbir a las presiones del entorno. Ahora bien, además de la determinación es necesario tener conocimiento, experiencia y que se plantee preguntas como si su propuesta resuelve algún problema concreto de los clientes y el valor que proporciona a los mismos.

Otra de las interpretaciones de la obra del checo es la de la valorización material frente a otros fines. En ese sentido cabe destacar que en el mundo del emprendimiento esto es prioritario. Si quieres emprender tienes que pensar en “clave negocio”. Aunque parece obvio, muchos emprendedores, sobre todo aquellos cuyos negocios están basados en tecnología y conocimiento, pierden de vista el objetivo de la rentabilidad. ¿Cuánto voy a ganar o cómo voy a rentabilizar el producto o servicio vendido? No hay que perder de vista que lo importante es encontrar modelos de negocio reales, escalables y rentables.

Ser emprendedor y crear una empresa es difícil. No todo el mundo está capacitado para hacerlo pero no todo el mundo tiene que ser emprendedor. A pesar de todo, entidades como CEIN hacen más fácil el recorrido para crear una empresa. Desde aquí felicito a todas aquellas personas que han dado este paso a pesar de ser cuestionados por su entorno. Sirva mi admiración a todos los emprendedores por ser responsables del desarrollo y el avance de la sociedad.

Lucía Nieto. CEIN

 

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