«Tienes que tirar para adelante de manera rápida y, al mismo tiempo, asegurar que lo que haces tiene sentido»

Las certezas absolutas no son buenas consejeras para los emprendedores. Todas las creencias, supuestos e hipótesis necesitan confirmarse antes de lanzar la empresa: si existe un problema que requiere una solución, si su producto o servicio la ofrecen y, por supuesto, si los clientes están dispuestos a pagar por ella.

Joseba Carricas es un ingeniero de Telecomunicaciones que, tras un cambio de rumbo profesional y con amplios conocimiento en consultoría tecnológica, coordinación, dirección e implantación de proyectos y metodologías Lean, se planteó emprender.

Joseba vino a CEIN buscando ayuda para testar si era factible la puesta en marcha de su idea de negocio, relacionada con la optimización de procesos dentro de la industria agroalimentaria. Su idea se enfocaba en un área muy concreta en la que existía (desde el punto de vista técnico) una mejora muy sustancial, que permitiría obtener grandes ventajas a prácticamente todos los agentes implicados en esa actividad.

En la Aceleradora Empresarial de CEIN aplicamos íntegramente a su proyectos la metodología Ágil. Además, el grupo en el que trabajaba Joseba contaba con otro proyecto que también se dirigía a la industria agroalimentaria; una iniciativa que le aportó otro punto de vista, el de cliente, que en ese momento empezaba a conocer. Hasta entonces existían muchas impresiones, pero pocos hechos.

Joseba, a día de hoy, ha constatado que su cliente objetivo tiene, efectivamente, una necesidad pero, no obstante, no está dispuesto a pagar por una solución mejor a la que actualmente emplea. El proceso de aceleración le ha permitido un enorme aprendizaje y una pequeña vuelta de tuerca en la que actualmente está inmerso. Nos lo cuenta en esta entrevista.

¿Cuáles han sido los aprendizajes con los que te quedas?

La importancia del testeo y de mantener el foco en lo que de verdad necesita el cliente.

Nosotros hemos tenido la oportunidad de trabajar con personas del sector que tienen amplia experiencia en el campo que íbamos a desarrollar, lo que nos ha permitido ir contrastando las hipótesis a cada paso. Esto ha sido especialmente importante al validar el prototipo, ya que nos ha aportado una información determinante sobre la viabilidad del proyecto en el mercado y la necesidad de pivotar para conseguir nuevos enfoques.

El mercado nos ha dado un mensaje muy claro: la solución es buena y está bien armada, pero no la necesitan, ya que tienen otra alternativa que les resulta mínimamente satisfactoria. Esto nos ha hecho parar temporalmente el proyecto y centrarnos en buscar cómo ayudarles en necesidades que sí necesitan cubrir.

¿Nos puedes contar en qué estás trabajando ahora?

Tengo mi foco puesto en seguir desarrollando una línea de consultoría tecnológica que ayude a las empresas a tener herramientas que mejoren sus procesos, y este esfuerzo me ha hecho empezar a colaborar en otros proyectos.

Estamos buscando la manera de ayudar a las empresas agroalimentarias a mejorar su funcionamiento, analizando los procesos de gestión para generar herramientas que los hagan más eficientes. La desigual relación con sus clientes (habitualmente grandes distribuidoras) no facilita que salgan del día a día y, por tanto, trabajamos para encontrar soluciones que se integren en esa situación.

¿La metodología que has seguido en la Aceleradora es realmente ágil y eficaz?

Sí, sin duda. Cuando pones en marcha una iniciativa estás en “modo startup”. Tienes que tirar para adelante de manera rápida y, al mismo tiempo, asegurar que lo que haces tiene sentido. En esto las herramientas que ofrece Lean Startup ayudan a generar enfoques que aumenten la probabilidad de plantear soluciones a problemas reales, por los que la gente esté dispuesto a pagar.

Luego, una vez que tienes una Propuesta de Valor contrastada y puesta en mercado, al menos con early adopters, sí creo que es importante empezar a trabajar con enfoques más clásicos que faciliten la madurez empresarial. Hay que saber pasar del “modo startup” al “modo empresa”.

Tú has emprendido en equipo. ¿Qué reflexiones puedes destacar del emprendimiento en equipo?

Creo que, como en cualquier otra faceta de la vida, hay que elegir compañeros de viaje que encajen con tus planteamientos. En el arranque hay que tener muy claro qué es lo que motiva a cada uno para emprender una aventura y tenerlo en mente al tomar las decisiones. Y cuanto antes lo llevemos a un pacto de socios en el que hemos hecho el esfuerzo de explicitarlo, mejor.

A partir de ahí entra ya la gestión del equipo, el reparto de roles y, sobre todo, separar las decisiones operativas de las decisiones de socios. Podemos estar a partes iguales en la iniciativa, pero igual nos hemos repartido el trabajo y en un momento dado debemos obedecer la indicación de otro socio.

No es fácil, pero en mi caso no lo veo de otra manera. Trabajar con más gente me ayuda crecer.

¿Recomendarías pasar por la Aceleradora de CEIN?

Sin duda. Cada proyecto y equipo emprendedor es diferente, pero todos vamos a encontrar puntos de contraste y maduración, tanto por la dinamización de CEIN como por las aportaciones del grupo.

¿Nos haces alguna sugerencia?

Eché en falta alguna vía para dar continuidad a la dinámica que se trabaja en las cuatro sesiones de la Aceleradora. Probablemente no será cuestión de estructurar un servicio de acompañamiento directo, pero sí vería muy interesante el que pudierais canalizar la constitución de equipos de trabajo al estilo de los grupos Mastermind; lugares donde con una metodología específica se pueda hacer crecer los proyectos que necesitan más tiempo de evolución.

Joseba Carricas: https://es.linkedin.com/in/josebacarricas

Sin comentarios

Escribe un comentario

SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER